FOZ DE IGUAZÚ, Brasil.- La Policía de los estados de San Pablo, Paraná y Río de Janeiro, tiene como principal sospechoso de ser el cerebro del millonario robo a Prosegur en Ciudad del Este a Luciano Castro de Oliveira, alias "Zequinha", condenado a 50 años de prisión por homicidios y robos y prófugo de la justicia.
"Zequinha", de 42 años, es considerado el autor de tres ataques a camiones de caudales en el estado de San Pablo en 2016, y se lo vincula a la dirección del Primer Comando de la Capital (PCC), la mayor banda criminal de Brasil que controla parte de las cárceles, las favelas y el tráfico de armas y drogas en el país desde Paraguay, Colombia, Perú y Bolivia.
En una primera instancia se informó que faltaban U$S 40 millones, pero hoy el presidente en Latinoamérica de Prosegur aseguró que del recuento se desprendió que faltaban U$S 8 millones. El grupo delictivo accedió a la bóveda tras utilizar explosivos y una ametralladora antiaérea.
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En tanto, el diario O Estado de Sao Paulo informó que paralelo al golpe en Ciudad del Este, la tropa de elite de la policía paulista impidió un operativo del PCC para la supuesta fuga del líder de la banda, Marcos Willians Herbas Camacho, conocido como "Marcola".
Marcola está detenido en la cárcel de máxima seguridad de Presidente Prudente, en el interior del estado de San Pablo.
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Los investigadores de la tropa de elite de la policía ROTA dijeron que el PCC pretendía usar una estrategia parecida como la de Ciudad del Este para la fuga: cerrar vías de acceso a la cárcel, explosivos para abrir las murallas y usar ametralladoras. Todo comenzó alrededor de las 0.15, cuando un grupo de entre 25 y 50 delincuentes armados y en más de una decena de vehículos copó la sede de Prosegur en Ciudad del Este, la capital del departamento Alto Paraná, en el extremo oriente paraguayo, en la zona de la Triple Frontera con Brasil y Argentina, donde residen unos 300 mil habitantes.
Para ingresar a la sede de Prosegur los asaltantes "hicieron explotar el portón de acceso", y amenazaron a los tres empleados de seguridad que se hallaban dentro de la garita y asesinaron a uno de los policías que estaba en el lugar.
Una vez que accedieron a la bóveda, los asaltantes realizaron "siete explosiones" con C-4 para poder abrirla y del interior de la misma se llevaron bolsas con dinero, tras lo cual huyeron luego de dejar explosivos en los alrededores de la empresa y generar el incendio de 16 vehículos en diez lugares distintos de la ciudad para obstruir la llegada de la Policía.